
La regulación del alquiler de temporada que tramita el Ayuntamiento de Barcelona contempla limitar o incluso prohibir en determinadas zonas de la ciudad esta fórmula que se ha disparado e que impacta en el acceso a la vivienda, porque ha desviado pisos de renta habitual para los vecinos hacia contratos cortos, más caros y fuera de la regulación de la Ley de Vivienda. La comisión de Urbanismo ha aprobado este martes inicialmente la regulación con los votos del gobierno municipal (PSC), los comunes y ERC. La receta para regular el alquiler de temporada consiste en una modificación del plan urbanístico de la ciudad (el Plan General Metropolitano) para que distinga entre el “uso habitual y permanente de la vivienda” y su “uso temporal o de segunda residencia”. La modificación, a su turno, habilita para redactar posteriormente planes especiales que limiten o incluso prohíban los usos que no sean residenciales en zonas concretas de la ciudad. “Se podrán prohibir, condicionar o someter a restricciones la sustitución de usos diferentes al uso de vivienda habitual y permanente”, afirma el texto. La regulación es fruto de la exigencia de los comunes al gobierno del socialista Jaume Collboni para aprobar el presupuesto de 2025. ERC le ha dado respaldo, pero ha advertido de que si el Govern del PSC no aprueba un decreto autonómico para regularlo vetará la aprobación de la fórmula municipal. La tramitación se alargará, previsiblemente, hasta el próximo verano.
